Un chaleco salvavidas funciona basado en el principio de flotabilidad. Cuando una persona usa un chaleco salvavidas y entra al agua, el material flotante del chaleco salvavidas desplaza el agua, creando una fuerza ascendente. Esta fuerza, conocida como flotabilidad, contrarresta el peso de la persona y cualquier ropa pesada, ayudándola a mantenerse a flote.
El diseño del chaleco salvavidas, con el material flotante distribuido estratégicamente alrededor del cuerpo, asegura que la cabeza del usuario permanezca por encima de la superficie del agua, lo que le permite respirar y evita que se ahogue. Ayuda a mantener una posición adecuada de natación, manteniendo la cabeza y la cara orientadas hacia arriba, incluso si la persona está inconsciente.
Los chalecos salvavidas están diseñados para proporcionar suficiente flotabilidad para soportar el peso del usuario y mantenerlos a flote hasta que llegue el rescate o puedan nadar hacia un lugar seguro. La efectividad de un chaleco salvavidas se basa en el tamaño adecuado, la sujeción segura y el uso en todo momento cuando existe el riesgo de estar dentro o cerca del agua. El mantenimiento y la inspección regulares también son cruciales para garantizar que el chaleco salvavidas permanezca en buenas condiciones de trabajo.